Habían pasado sólo dos semanas del ascenso del dictador Rafael Leonidas Trujillo al poder cuando la ciudad de Santo Domingo fue azotada por uno de los huracanes más destructivos que han pasado por el país.
El ciclón fue como el preludio de lo que le esperaba a los dominicanos, una dictadura férrea que se extendió por casi 31 años. Pero además, le ofreció la oportunidad al dictador de justificar un proceso de reconstrucción de la ciudad que le subió los bonos ante los ojos de la sociedad. Los datos históricos indican que el huracán San Zenón pasó por el centro de la ciudad capital el 3 de septiembre de 1930, dejando un saldo de al menos 4,000 muertos, entre 15,000 y 20,000 heridos y pérdidas nunca calculadas oficialmente entre RD$25 millones y RD$50 millones.
Aunque el huracán San Zenón no fue tan intenso como el ciclón David (31 de agosto de 1979), su destrucción fue mucho mayor, pues las construcciones en la ciudad no estaban acondicionadas para resistir el embate de sus vientos.
Los sectores de Villa Duarte y Villa Francisca, así como Ciudad Nueva y Gazcue se citan entre los más afectados por el ciclón San Zenón. El presidente Trujillo, con apenas dos semanas en el gobierno, asumió personalmente la atención a los afectados por el ciclón y con apoyo de varios países, en forma de donaciones y ayuda, inició un proceso de reconstrucción de la ciudad. Puerto Rico, Cuba, Estados Unidos y varias naciones de Europa ofrecieron cooperación al país para superar ese difícil momento.
El efecto destructor del ciclón San Zenón el 3 de septiembre de 1930, que destrozó totalmente la mitad de los edificios y el 70% de las casas de Santo Domingo, fue aprovechado por Trujillo para marcar políticamente el cambio de modelo de vida general de los dominicanos.
Juan Carlos Jiménez R. 13-0994
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